
¡Tu seguridad es la de todos!
Cada día, miles de personas toman el volante, pero no todos lo hacen con la conciencia necesaria. En un mundo donde las decisiones se toman a la velocidad de la luz, hay una que debe hacerse con la máxima claridad: la de conducir.
Cuando entras en juego las sustancias psicoactivas , la claridad se desvanece. Una decisión impulsiva, un momento de euforia o de relajación, puede tener consecuencias que duren toda la vida. La marihuana disminuye tu velocidad de reacción y tu capacidad para estimar distancias. Los sedantes y los opioides causan somnolencia y debilitan la memoria. La cocaína y las metanfetaminas generan un comportamiento agresivo e imprudente.
No se trata solo de las multas o de las consecuencias legales, que son graves. Se trata de tu vida, la de tus seres queridos y la de quienes, sin conocerte, comparte la carretera contigo. Un simple error, una falta de juicio, puede tener un impacto irreversible.
Pero esto no es solo un mensaje de advertencia. Es un llamado a la acción. Un llamado a la responsabilidad colectiva.
¿Qué puedes hacer?
Primero, infórmate. Conoce los efectos reales de las sustancias en tu cuerpo. Segundo, si vas a consumir, elige un conductor designado o utiliza un servicio de transporte. Es un acto de amor y de respeto por ti y por los demás. Tercero, comprométete con tu círculo de amigos y familiares. Ayúdense mutuamente a tomar la decisión correcta.
Recuerda siempre esta simple frase: Tu vida es invaluable. No la pongas en riesgo por un momento de descuido.